Con este vídeo, junto a esta canción os quiero mostrar un pequeño trozo de esos "papeles" que nunca llegan a las manos de estas personas o llegan después de haber sido explotadas y de haber luchado exponiendo su vida para conseguir una mejor.
¿ De quién es el mundo?, ¿el lugar donde nacemos nos pertenece solo a nosotros?, ¿se nos olvida que algún día nuestros abuelos o paisanos tuvieron que hacer lo mismo?... ¡Buscarse la vida!
- En los años 60, más de dos millones de españoles salieron del país, la mayoría de ellos, hombres entre 25 y 29 años y casados.
- La sensación de que vivían en una situación transitoria fue uno de los factores que más dificultó su adaptación en los países receptores:
Los españoles no se esforzaban en conocer los hábitos o la cultura de esos países, y su contacto con la población autóctona era prácticamente nula, sobre todo si no vivían en familia. La mayoría de los trabajadores empezaron en las fábricas de peones. Tampoco las autoridades de los países receptores se esforzaban mucho en integrar a los inmigrantes.
- Los emigrantes de la primera mitad del siglo se desplazaban a América por periodos largos y no podían regresar a España durante todo el tiempo de emigración. En los años setenta quedaban mucho emigrantes en Francia, Alemania y Suiza.
- Los solteros o los casados que estaban solos vivían en su mayoría en barracones construidos por las fábricas y compartían habitación con otros emigrantes. Una segunda posibilidad era vivir en habitaciones alquiladas de casas particulares o vivir en casas alquiladas independientes. La mejor situación se daba cuando conseguían una casa de protección oficial, pese a que las construcciones eran de mala calidad.
Lo que pensaba la población de los países receptores:
La opinión acerca de los inmigrantes no fue unánime en los países receptores y se modificó con el paso del tiempo:
- Una parte de la población temía que la afluencia de extranjeros significara una merma en sus derechos, o mejor que se diluyeran sus características nacionales.
- Era más frecuente el rechazo entre los sectores más bajos de la población y también entre los que convivían más de cerca con inmigrantes.
- Pasados unos años la figura del inmigrante se aceptaba mejor.
"La xenofobia se enfrenta con el realismo del pueblo que reconoce que detrás y por debajo del miedo al extranjero y el rechazo de los emigrantes se oculta en realidad un desconocimiento total del emigrante juzgado a través de prejuicios, y, sobre todo, el miedo al cambio"
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